Creo firmemente en que debo dejar de pensar en esa persona que me toco el corazón desde hace unos cuántos años. Del que me enamoré hace unos meses. Y del que no sé nada desde hace poco.
Debo dejar de pensar en esos ojos marrones que expresaban amor y ternura. O de su frondosa barba, sus cejas descuidadas y de su vibra relajada.
Pero es imposible dejar de pensar en ti.
No puedo.
Te veo en cada par de ojos que se pasa de largo.
Y ya no te quiero extrañar.
Te haz ido.
Y no diste ni una explicación...